Primero escucharán las aleyas 36 y 37 de la sura El lujo:

 

 

 

 

 

 

 

En el programa anterior hablamos de quienes evalúan todos los asuntos con los criterios materiales y siempre se esfuerzan por obtener la riqueza y los bienes mundanos; mientras que, los creyentes verdaderos solamente piensan en el otro mundo y no tienen ninguna dependencia de este mundo y de los asuntos materiales.

 

Estas aleyas se refieren al resultado de la complacencia en los deseos materialistas y el apego al mundo en la medida en que esas personas se olvidan del recuerdo de Dios y permiten que Satanás las domine. El diablo para tales personas podría ser malos amigos, un cónyuge malvado e hijos descarriados, que bloquean el camino hacia el arrepentimiento y la reforma al embellecer el camino equivocado. En otras palabras, el que está enredado en la ceguera y oscuridad de los placeres y los pecados se imaginará falsamente que está haciendo lo correcto, mientras que los piadosos se equivocan.

 

 

 

De estas aleyas aprendemos que:

 

1-    Aquellos que permiten que el recuerdo de Dios y sus dádivas se escape de sus corazones y mentes, allanan el terreno para el dominio y el gobierno de los demonios, que aparecen en diversas formas en la compañía que frecuenta.

 

2-    La piedad y el conocimiento adecuado evitan que una persona sea víctima de los pecados y la incredulidad.

 

3-    Peor que cometer un pecado es estar ciego ante el pecado al ver las malas acciones de otros como buenas y finalmente sucumbir a los malos caminos.

 

Actualmente, escucharán las aleyas 38 y 39 de la sura El lujo:

 

 

 

Hasta que, al comparecer ante Nosotros, diga: ¡Ojalá, nos hubiera separado, a mí y a ti, la misma distancia que separa al Oriente del Occidente! ¡Qué mal compañero…! (38:43)

 

 

 

 

Estas aleyas quieren decir que en el Día de la Resurrección, los pecadores desearían poder distanciarse de los demonios o compañeros malvados en el infierno, pero no hay escapatoria y tendrán que enfrentar el mismo castigo reservado para estos elementos satánicos. En otras palabras, aquellos que habían sido negligentes con Dios Todopoderoso, Sus dádivas y Sus mandamientos, al optar por la compañía de los elementos malvados, se arrepentirán en vano en el Día de la Resurrección, pero en vano ya que han perdido las amplias oportunidades y largos períodos de descanso que Dios les proporcionó durante la vida transitoria del mundo material.

 

Estas aleyas nos enseñan los siguientes puntos:

 

1-    Debemos tener mucho cuidado con la compañía que mantenemos, de lo contrario el resultado será el mal, tanto en este mundo como en la otra vida.

 

2-    Un creyente siempre se esfuerza por iluminar las mentes de sus amigos y familiares, para reafirmar su fe y evitar que los demonios los manipulen.

 

3-    Alejarnos de Dios es perjudicarnos a nosotros mismos porque engaña a uno de sus propios actos y conduce al fuego del infierno en el Más Allá.

 

Ahora escuchamos las aleyas 40, 41 y 42 de la sura El lujo:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La palabra divina puede afectar únicamente a los temerosos de Dios que están vivos de corazón. El mensaje del Mensajero de Dios (s) no puede afectar a aquellos que no están preparados para escuchar sus palabras.

 

Dirigiéndose al Noble Profeta (s), el bendito Versículo le pregunta:

 

“¿Esperas que los sordos te escuchen o puedes guiar a los ciegos por el camino de la Orientación? ¿Eres capaz de hacer que aquellos que están descarriados y pisan el camino del error manifiesto se vuelvan hacia el camino correcto de la fe islámica?

 

Hay mucha diferencia entre alguien que se muestra dormido o alguien que está dormido. El primero no muestra ninguna reacción cuando le llamas, pero el segundo se despierta.

 

Algunas personas se han sumergido tanto en el pecado que incluso sienten un odio después de oír el nombre de Dios y su profeta. Ellos se enfadan cuando se enfrentan con los conceptos religiosos y espirituales. Es natural que no hay ningún camino para la orientación y el regreso de estas personas; incluso, si el profeta de Dios les orienta con el mejor método.

 

Esta oposición a lo verdad, no conlleva ningún resultado sino el castigo divino en este y el otro mundo; tanto en el tiempo de la vida del profeta de Dios o después de su fallecimiento. De todas formas, ellos no tienen ningún camino para huir. Ya que, Dios domina en todo el mundo y nadie puede salir del límite de su dominio y poder sin fin.

 

De estas aleyas aprendemos que:

 

1-    Si no se propicia el terreno para la aceptación de lo verdad, incluso las palabras de los mejores siervos de Dios, es decir: los profetas divinos no dejan ninguna influencia.

 

2-    Si el demonio domina en el corazón de las personas, su espíritu ya no es capaz de ver ni oír la verdad.

 

3-    Los politeístas no tienen que pensar que no se enfrentarán con el castigo divino a la hora de muerte del profeta.

 

Estimados oyentes, finalizado el tiempo de nuestro programa de hoy, nos despedimos de todos ustedes hasta una nueva emisión y esperamos sus opiniones y propuestas al respecto.

 

 

P/MK/RH