El gran ideal de la revolución 26
Sep 12, 2020 06:54 UTC
ParsToday - El ayatolá Seyed Ali Jamenei, Líder de la Revolución Islámica, pone especial y seria atención en el tema de la economía. Prueba de ello es que dedicó una parte de la “Declaración del Segundo Paso de la Revolución”, emitida en febrero de 2019 con ocasión del 40.º aniversario de la misma, a cuestiones económicas.
En este documento se lee: “La economía constituye un punto clave y determinante. La economía es un factor fuerte e importante para un país que le planta la cara a la dominación y a la colonización. Una economía débil allana el camino para la infiltración, el dominio y la injerencia de los enemigos. La riqueza y la pobreza influyen en la vida material y espiritual del ser humano. Sin embargo, la economía no es la meta de una sociedad islámica, sino que más bien es un medio sin el cual no se pueden alcanzar las metas previstas”.
En otra parte de la citada Declaración, el Líder iraní destaca: “Una de las soluciones pasa por la Economía de Resistencia, para la cual se deben definir planes eficaces e implementarlos con responsabilidad y voluntad, mientras se crea una economía endógena y productiva, basada en la tecnología, involucrando al pueblo en la economía y reduciendo la intervención del Gobierno en la misma optando por la economía abierta y orientada al exterior y valiéndose de los potenciales ya mencionados del país, entre otras medidas”.
Una de las más importantes potencialidades económicas de Irán es el desarrollo de las relaciones con los 15 países vecinos a través de las fronteras terrestres y marítimas.
Los estudios y las evidencias demuestran que, en el sistema internacional, hogaño las preocupaciones de los gobiernos, que antes eran por cuestiones políticas, ahora están enfocadas en cuestiones económicas.
En este sentido, obtener mayor participación en los mercados globales a través de la diplomacia económica se ha convertido en una de las competencias convencionales en las relaciones económicas y el desarrollo de los mercados de exportación. Tema que es de suma importancia en el contexto actual en el que las sanciones han creado obstáculos para los vínculos de libre comercio entre Irán y otros países.
Irán ocupa una posición geopolítica y, por tanto, está en condiciones adecuadas para lograr el crecimiento y el desarrollo económico sostenible.
Para aprovechar esta posición privilegiada, medidas como acelerar el proceso de inversiones internas y extranjeras; incrementar las exportaciones; y convertirse en la ruta de tránsito de bienes, servicios y pasajeros, encabezan las prioridades de la diplomacia económica y de la legislación aduanera y comercial de Irán.
Desde luego, para alcanzar el objetivo de convertirse en la primera potencia de la región con base en las metas del Documento de Visión-20 Años y los planes quinquenales de desarrollo, hay que utilizar con toda fuerza todos los potenciales disponibles, así como la diplomacia económica.
La diplomacia económica es una de las herramientas importantes para impulsar los objetivos estratégicos, y a largo plazo de los países, para contribuir a alcanzar los objetivos económicos y, finalmente, aumentar el crecimiento y el desarrollo económicos.
Como una potencia económica en el mundo, Irán posee alrededor del 10 por ciento de las reservas mundiales de petróleo y el 17 por ciento de las reservas mundiales de gas. Asimismo, en ambos lados del país, están el Mar Caspio y el Golfo Pérsico.
Aprovechando esta ubicación y estos potenciales, el aumento de la participación iraní en los mercados comerciales y de exportación no debería limitarse a las exportaciones de petróleo.
Las ventajas como el fácil acceso a través de fronteras terrestres y marítimas comunes, que reducen los costos del transporte; las afinidades culturales, religiosas, lingüísticas y civilizacionales; el importante papel de Irán como una ruta de tránsito de mercancías y la posibilidad de reexportar bienes producidos en el interior a los mercados extrarregionales, destacan entre las posiciones con importancia estratégica.
Teniendo en cuenta esta oportunidad, el Documento de Visión-20 Años establece que Irán debe ser el primer país de la región en términos de economía y exportación de productos. En el mismo marco se inscribe la meta de 120 mil millones de dólares en exportaciones no petroleras en el Sexto Plan Quinquenal de Desarrollo (2017-2021).
En la actualidad, las importaciones de los 15 países vecinos de Irán desde otros países alcanzan más de un billón 300 mil millones de dólares al año. En este ciclo financiero y comercial, la capacidad de exportaciones no petroleras de Irán es de alrededor de 40 mil millones de dólares, que se puede fortalecer a fin de reforzar la producción nacional para obtener mayor participación en los mercados regionales.
Los 15 países vecinos de Irán, a saber, los Emiratos Árabes Unidos, Turquía, Rusia, Arabia Saudí, Pakistán, Irak, Catar, Kuwait, Kazajstán, Omán, Baréin, Azerbaiyán, Afganistán, Turkmenistán y Armenia, con una población de 560 millones, se consideran potencialmente un gran mercado destinado al comercio intrarregional.
Al respecto, Irán se encuentra ampliando las relaciones comerciales con sus vecinos a través de organizaciones e instituciones tales como el Comité Permanente de Cooperación Económica de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), la Organización de Cooperación Económica (ECO) y la Unión Económica Euroasiática.
Una de las prioridades económicas de la República Islámica de Irán en el Segundo Paso de la Revolución es tener presencia en los mercados regionales y robustecer los lazos económicos regionales.
En este sentido, Irán ha creado diversas oportunidades desarrollando y creando zonas francas y zonas económicas especiales. Estas zonas, que se han establecido con el objetivo de fortalecer la producción, desarrollar las exportaciones, crear empleo y atraer capital, se usan en muchos países del mundo como un medio para expandir los nexos comerciales.
Las zonas de libre comercio son áreas de reexportación e interacción con la economía global, mientras que las zonas especiales se consideran principalmente zonas industriales y de producción.
Un objetivo importante que siguen los países estableciendo zonas francas, es ampliar las exportaciones y realizar la transferencia de la tecnología.
En una perspectiva general, cabe decir que el objetivo de muchos países es poder llegar a una posición en la que puedan trabajar en el sistema económico global y en el libre comercio.
Las zonas económicas especiales y de libre comercio se establecieron hace más de cuatro décadas con base en economía orientada al exterior y en ventajas y oportunidades económicas y con el objetivo de expandir las exportaciones. Estas zonas podrían brindar una buena oportunidad para incrementar la inversión extranjera con el fin de promover la competencia industrial y, finalmente, el crecimiento económico de la sociedad.
En la “Declaración del Segundo Paso de la Revolución”, el Líder de la Revolución señala que “la economía no es la meta de una sociedad islámica, es un medio sin el cual no se pueden alcanzar las metas previstas”.
La hoja de ruta de la economía del país que el ayatolá Jamenei ha trazado para el gobierno y la nación, especialmente para los jóvenes, en el Segundo Paso de la Revolución, son las mismas políticas generales de la Economía de Resistencia.
En un comunicado publicado en marzo de 2014 sobre las políticas generales de la Economía de Resistencia, el Líder de la Revolución, dijo lo siguiente:
“Si el Irán islámico, que posee abundantes recursos espirituales y materiales, un conjunto rico y diverso de talentos, una amplia infraestructura y, lo más importante, una mano de obra comprometida y competente que tiene la determinación de avanzar, sigue el modelo económico y científico local, emanado de la cultura islámica y revolucionaria, que es la misma Economía de Resistencia, entonces no solo vencerá todos los problemas económicos y derrotará al enemigo, que ha librado una guerra económica total contra nuestra gran nación, sino que, en un mundo donde los peligros y las desconfianzas producen inestabilidad incontrolable en materia económica, financiera y política, podremos proteger los logros de nuestro país en diversos campos, continuar nuestro progreso, cumplir con las metas y principios de la Constitución y nuestro Documento de Visión-20 Años, materializar una economía basada en la ciencia y la tecnología, la justicia, endógena y orientada hacia el exterior y dinámica y hacer realidad un modelo inspirador del sistema económico islámico”.
Ahora también, en una parte importante de la estratégica Declaración del Segundo Paso de la Revolución, en el ámbito económico, se han ofrecido recomendaciones básicas para la concreción de una economía poderosa que no permita infiltración ni dominio.
En esta Declaración se lee que “Irán representa el 1 % de la población mundial, no obstante, posee el 7 % de los recursos naturales globales e importantes recursos subterráneos. Además, ocupa una posición geográfica especial; cuenta con un importante mercado nacional; el vasto mercado regional lo constituyen 15 vecinos que comprenden una población de 600 millones de habitantes; largas fronteras costeras; tierras fértiles con gran variedad de productos agrícolas y una economía vasta y versátil, son solo algunos de los potenciales de Irán".
P/FE/JP
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