Comenzamos el programa escuchando las aleyas 9, 10 y 11 de la sura El humo:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Si recuerdan en el programa pasado le explicamos la Majestad del Único Creador del universo, Sus envíos de Profetas y Su revelación de las escrituras celestiales, cuyas redacciones están en armonía con las leyes de la naturaleza como signos de la misericordia Divina y para guiar a la humanidad, sin embargo, los incrédulos intransigentes, en lugar de adorar a Dios y obedecer sus mandamientos, se adhieren a las creencias y costumbres falsas de sus ancestros engañados.

 

Las aleyas que les recitamos ahora dicen que, dado que los incrédulos se burlan de la invitación de los Profetas, deben estar preparados para el castigo que eventualmente les sobrevendrá en los últimos tiempos en forma de humo terrible. Dado que la mayoría de los incrédulos están preocupados por la vida material y las posesiones del mundo como medio de juego y deporte, dudan de la ocurrencia del Día de la Resurrección y el Juicio, y finalmente se enredan en el tormento y un destino horrible.

 

Las aleyas 10 y 11 advierten a los incrédulos del terrible destino que les espera, incluido el denso humo que los envolverá como consecuencia de su desobediencia y maldad. El humo es una forma de terrible castigo para los incrédulos por sus pecados, y aquí Dios el Todomisericordioso les advierte que se den cuenta de sus grandes errores, busquen el arrepentimiento en la Corte Divina y se reformen abriendo sus mentes y corazones al llamado de los Profetas.

 

 

 

De estas aleyas aprendemos que:

 

1. Las dudas no deben llevar a la negligencia de los deberes, la ignorancia de los hechos y la complacencia en los pecados, sino que deben ser un preludio de la sabiduría y el razonamiento.

 

2. Aquellos que ponen en duda los mensajes de los Profetas de Dios y se burlan de los signos divinos como un mero juego, deben usar su intelecto para despertar del letargo o terminarán en un terrible castigo.

 

 

 

Ahora escuchamos las aleyas 12, 13 y 14 de la sura El humo:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Aquellos que han tomado la religión como un mero juego, algún día lamentarán su negligencia y duda, pero será demasiado tarde para ellos, ya que sus súplicas al ser afligidos por la ira divina serán inútiles. Estas aleyas dicen que cuando los incrédulos intransigentes noten las señales del tormento y la proximidad del Día de la Resurrección, se arrepentirán de sus malas acciones y dirán que creen en el Único Dios y Sus mandamientos, pero su arrepentimiento no los beneficiará, ya que le habían dado la espalda al Profeta y su llamado de guía y así perdieron la oportunidad de salvarse.

 

En otras palabras, los que niegan a Dios al ver las señales del castigo divino se sienten abrumados por el miedo y le ruegan a Dios que les quite el castigo, diciendo que ahora creen, pero tal creencia es por temor y no tiene valor. La creencia debe ser sincera y desde lo más profundo del corazón sobre la base del libre albedrío y sin miedo ni presiones externas.

 

Estos incrédulos habían rechazado el llamado a la guía del último y más grande Mensajero del Todopoderoso, el Profeta Muhammad (saludos sean para él y sus descendientes). En lugar de creer en su misión, se habían burlado de él, diciendo que alguien le había enseñado o que sus palabras surgían de un desequilibrio mental.

 

 

 

De estas aleyas aprendemos los siguientes puntos:

 

1. Aquellos que toman la religión como un juguete se equivocarán un día cuando sus súplicas serán inútiles.

 

2. El Señor Todo Misericordioso, que brinda un gran respiro y oportunidades a los seres humanos para que se arrepientan y se reformen, finalmente sella la argumentación para los incrédulos antes de castigarlos.

 

3. Aquellos que se creen inteligentes y ridiculizan al Profeta y su mensaje de guía, se destruirán a sí mismos.

 

 

Ahora escucharán las aleyas 15 y 16 de la sura El humo:

 

 

 

 

 

El castigo divino no es la venganza sino la administración de la justicia, ya que cada vez que el Señor Misericordioso reduce el grado de tormento, estos intransigentes incrédulos que por miedo, pero no con sinceridad, habían afirmado que creen, vuelven a sus malos caminos y niegan a Dios, a sus profetas y sus mandamientos. La próxima aleya dice, un castigo muy doloroso les espera en el Más Allá como resultado de sus pecados e incredulidad.

 

Estas aleyas nos enseñan que:

 

1. El Dios Todopoderoso pasa por alto muchos de nuestros pecados y no nos castiga en este mundo; sin embargo, los incrédulos intransigentes y los pecadores impenitentes no se adhieren sinceramente al camino correcto y persisten en sus malos caminos.

 

 

 

2. Justicia divina significa que aquellos que, después de haber recibido largos años de respiro y oportunidades de arrepentimiento, continuaron con sus malos caminos burlándose de los Profetas de Dios y de los creyentes sinceros, probarán el merecido castigo, como consecuencia de sus propias fechorías.

 

 

 

Queridos amigos, finalizado el tiempo de nuestro programa de hoy, nos despedimos de todos ustedes hasta una nueva emisión y esperamos sus opiniones y propuesta al respecto.

 

 

 

 

 

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