Oct 16, 2017 07:51 UTC

Estimados amigos, en este programa, hemos tratado de ofrecerles una idea general de ambas corrientes políticas, cada una de las cuales estuvo en el poder en alguna coyuntura en los países latinoamericanos. A partir de ahora, abordaremos el declive de los gobiernos de izquierda en Sudamérica y América Central.

A finales de la década de los 90, algunos gobiernos izquierdistas subieron al poder en América Latina en el marco de lo que se conoce como “giro hacia la izquierda continental”, de modo que muchos consideran el año 2006 como el despertar de los revolucionarios latinoamericanos. Este giro arrancó en 1999 tras la elección de Hugo Chávez como el presidente de Venezuela, y continuó con la elección de mandatarios izquierdistas en Chile, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia, Paraguay, Ecuador, Nicaragua y El Salvador. Sus gobiernos redujeron el desempleo, la pobreza y la desigualdad en el ámbito económico. Algunos de esos países dieron pasos para fortalecer los derechos de ciudadanos pobres y adoptar leyes de arrendamiento de tierra a favor de los pobres.

 

En algunas de las mismas naciones, aprobaron leyes en apoyo a los derechos de los trabajadores y para promover y desarrollar la cooperación obrera. En el sector social, esos países han desempeñado un papel en los planes de redistribución, desde el aumento de los presupuestos de educación, salud, seguro social y vivienda hasta el desarrollo de los sistemas de jubilación y seguros de desempleo. Han hecho avances también en lo referente al reconocimiento de las culturas autóctonas. Pero una serie de factores hizo que hoy en día seamos testigos del declive de los gobiernos de izquierda en Sudamérica, que comenzó tras la derrota de los izquierdistas en las elecciones de Argentina y Venezuela en diciembre de 2015. Desde el cambio de los gobiernos en Argentina y Brasil hasta las tímidas reformas en Chile, se desprende que la política en Latinoamérica ha cambiado de dirección hacia el campo de la facción de derecha. En el programa de hoy, vamos a ahondar el proceso de este declive en distintos países del continente. Empezamos por Argentina.

 

Mauricio Macri, candidato de la oposición argentina y alcalde de Buenos Aires, ganó las elecciones presidenciales en la segunda ronda en 2015. Apoyado por los conservadores y los grupos de centro-derecha, Macri puso fin a 12 años de gobierno de los partidos de izquierda. Hijo del capitalista más rico de Argentina y activo durante muchos años en el comercio antes de entrar en la política, Macri es el líder de la coalición “Cambiemos”. En dichos comicios, Daniel Scioli, candidato de la entonces coalición gobernante, se adjudicó la mayoría de los votos en la primera vuelta, lo que fue considerado como la visión positiva de buena parte de los argentinos hacia la actuación de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien había apoyado su postulación. Scioli había prometido que en  caso de ganar las elecciones, mejoraría la situación económica y tendría una interacción mejor y más adecuada con otros países.

 

La segunda ronda tuvo lugar el 25 de octubre de 2015, en la que Macri se alzó con la victoria, acabando con 12 años de gobierno de los partidos de izquierda. En su primera toma de posición tras su triunfo, prometió en un discurso dirigir a Argentina en un curso distinto, refiriéndose al aumento de la inversión extranjera y al mejoramiento de las relaciones con los prestamistas de los fondos buitre. Los fondos de inversión estadounidenses, conocidos como los fondos buitre, compraron los bonos de Argentina a precios muy bajos, y en la actualidad piden su devolución al país austral con un valor añadido del 100%.

 

La ascensión de Macri al poder puso en tela de juicio las entrañables relaciones de Argentina con países izquierdistas tales como Venezuela, Ecuador y Bolivia que coinciden en criticar el capitalismo, encabezado por EE.UU.  Aun así y para estabilizar su poder y violar ciertas leyes actuales, Macri se ve obligado a ceder ante sus opositores en el Congreso. Aunque Argentina se considera la tercera mayor economía de América Latina, el presidente argentino enfrenta múltiples  desafíos económicos y sociales. En el plano exterior, sigue siendo un gran reto exterior para Argentina el dominio británico sobre las islas Malvinas (Falkland) y el fracaso de Buenos Aires para resolver este problema en las instituciones internacionales.

 

Otro importante país sudamericano, Venezuela, vivió en 2015 acontecimientos trascendentales, desde los amplios disturbios a principios de ese año hasta las cruciales elecciones parlamentarias a finales del mismo año. Los venezolanos, por primera vez después de 16 años, adjudicaron la mayoría de los escaños a la oposición en los comicios legislativos de diciembre de 2015. El partido Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se hizo con 112 de los 167 curules, frente a los 55 que obtuvo el entonces gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Así, la oposición se presentó en una entidad legal obteniendo la oportunidad que esperaba durante años para desafiar al presidente de la nación.

El presidente Nicolás Maduro admitió la derrota y reconoció el resultado electoral. Subrayó que la “guerra económica” desatada por la oposición, provocó que su gobierno no obtuviera un buen resultado en las legislativas. Entre los principales temas de la campaña electoral destacaban los problemas económicos, particularmente la escasez de los alimentos básicos tales como leche, arroz, azúcar, aceite y café. Se trata de la peor derrota del PSUV, como partido en el poder, desde que Hugo Chávez se hiciera con el poder en 1999. Pese a la victoria de la a coalición opositora en los comicios al Parlamento, el PSUV aún mantiene el cargo presidencial y el control de muchos municipios y consejos locales. Empero, Maduro se enfrenta a un frente de opositores, quienes se prevé que de ahora en adelante cierren más el círculo al gobierno izquierdista de Venezuela con el apoyo de EE.UU.

Perú es otro país que salió por completo del círculo del poder de los izquierdistas. En las elecciones presidenciales de abril de 2016, ningún candidato pudo conseguir la mayoría necesaria para adjudicarse la victoria y, contrariamente a las previsiones, la candidata izquierdista Verónika Mendoza quedó eliminadaPero la candidata conservadora Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori -que se encuentra encarcelada en Perú acusado de crimen de lesa humanidad- y el aspirante liberal Pedro Pablo Kuczynski, pasaron a la segunda vuelta. Lo cierto es que tras el fin de la época de Ollanta Humala, que había llegado al poder con el apoyo de los izquierdistas, éstos ya no tendrán poder en el país andino.

 

México es otro país importante de Latinoamérica donde se han notado signos del giro hacia la derecha entre sus votantes. El derechista Partido Acción Nacional (PAN) que gobernaba el país azteca del 2000 al 2012, tuvo que abandonar el poder tras las elecciones de 2012. En la actualidad, parecer ser que este partido está resurgiendo de las cenizas. En las elecciones locales, el PAN derrotó al gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) en algunas regiones importantes y sensibles.

El prestigio del presidente actual de México, Enrique Peña Nieto, se ha visto muy perjudicado por no haber podido crear un salto económico y por no mostrar una efectiva reacción política al creciente proceso de la violencia e inseguridad en el país. Su partido, el PRI, que ideológicamente siempre se ha considerado como un partido moderado y pacifista, dio lugar al nacimiento del Partido Revolucionario Democrático (PRD) en México, el cual en 2006 incluso estuvo a punto de sumarse a los gobiernos de izquierda de la región.

 

En las elecciones de ese año, Andrés Manuel López Obrador, candidato del PRD, perdió por un margen muy pequeño, y sus protestas ante las instituciones responsables no pudieron cambiar los resultados anunciados. En el presente, Obrador encabeza su nuevo partido, Movimiento Regeneración Nacional (conocido por sus siglas Morena), y sigue enérgico, pero los desacuerdos y la discordia entre los partidos de izquierda han hecho sombrío su horizonte político en las elecciones presidencial de 2018.

 

Queridos amigos, lo que acabaron de escuchar fue la primera parte de los programas dedicados al declive del izquierdismo en Sudamérica y América Central. En la próxima parte, les explicaremos las razones por las que la “Primavera de América Latina” se fuera acercando a su otoño. Gracias por su acompañamiento y hasta luego.