Nov 29, -0001 20:34 UTC

ParsToday - El incidente del 11 de septiembre de 2001 en EE.UU. y la consecuente enorme ola política, propagandística y de seguridad tuvieron un gran impacto en la actitud e interacción del mundo occidental hacia los musulmanes en las sociedades de esa región.

Después de los atentados del 11 de septiembre, surgió una amplia y planificada ola de islamofobia en forma oficial y no oficial, la cual además de presentar una distorsionada imagen del Islam y de los musulmanes, impuso muchas restricciones legales y presiones psicológicas a las minorías musulmanas residentes en países occidentales. En las últimas dos décadas, la actitud hacia los musulmanes ha sido tan negativa que a veces ha derivado en la violencia física, siendo las mujeres musulmanas y personas con manifestaciones más evidentes de la fe islámica, las principales víctimas de esa situación. Estimados oyentes, en la decimoctava parte del espacio “La posición de la mujer en el Occidente”, les vamos a hablar sobre este tema.

La organización pro derechos humanos Amnistía Internacional (AI) publicó un informe en abril de 2012 titulado “Elección y prejuicio: la discriminación contra los musulmanes en Europa”, en el que advirtió sobre la extensión de la islamofobia en Europa. Nuevos sondeos en varios países europeos también alertan del aumento de la actitud negativa hacia la población musulmana. Los musulmanes son discriminados por sus creencias religiosas en el mercado laboral y el sistema educativo de los países europeos. El control de la identidad y la investigación de seguridad a los musulmanes afincados en Europa los mantienen bajo constante vigilancia de las fuerzas de seguridad, lo que de por sí constituye un atropello a los derechos humanos. La prohibición o restricción del uso de hiyab o velo por parte de mujeres musulmanas también es otra forma de discriminación.

El hiyab de las mujeres musulmanas se considera un pilar importante de su fe y símbolo de su castidad. Madeline Zilfi, profesora de Historia de Oriente Medio en la Universidad de Maryland dice: "El hiyab dentro y fuera de los países islámicos representa muchas cosas, incluida una fuerte declaración política contra la corrupción y el libertinaje y es una profunda práctica religiosa personal, que tiene raíces en el principio del Islam, ya que el Corán considera necesario el hiyab en forma de ropa". Desafortunadamente, este derecho natural que debe respetarse de acuerdo con los estatutos de derechos humanos, hoy en día afronta muchas amenazas y problemas en algunos países occidentales, donde han impuesto restricciones a las mujeres musulmanas.

Por primera vez, la adopción de la ley de prohibición del hiyab en las escuelas de Francia causó una gran polémica. Según esta ley, las musulmanas en Francia, la mayor comunidad musulmana de Europa, tienen prohibido desde 2004 usar el hiyab en las escuelas públicas. De acuerdo con la misma ley, denominada "prohibición de llevar símbolos religiosos en las escuelas públicas francesas”, el uso del hiyab en los centros de estudios quedó oficialmente prohibido. Con anterioridad, la mayoría de las escuelas francesas apenas permitía a las alumnas asistir a las clases con vestimenta islámica. Esta ley llevó a muchas muchachas musulmanas a emigrar a los países vecinos de Francia para continuar sus estudios o inscribirse en escuelas privadas para mantener su hiyab y su identidad religiosa. El uso del hiyab también está prohibido desde 2010 en los establecimientos públicos de Francia y se impuso una multa de 5 euros a las mujeres con el hiyab, mientras que la legislación francesa enfatiza la separación de religión y Estado.

La elección del tipo de vestimenta, incluido el velo, es un derecho legal de todos los ciudadanos en cada sociedad y, basándose en la Carta de las Naciones Unidas, impedir que las mujeres usen el velo es pisotear un derecho normal.

Francia afirma ser la cuna de la democracia en Europa. Sin embargo, según documentos, dentro de la sociedad francesa, se aplican los peores métodos contra los ciudadanos musulmanes que viven en ese país. En este sentido, la prohibición del uso del hiyab para las mujeres, especialmente en los establecimientos oficiales, constituye una clara violación de los derechos humanos y una falta de respeto a la decisión de los musulmanes.

Algunos expertos creen que los gobernantes europeos temen que los musulmanes puedan influir ideológicamente en las naciones europeas. Por eso, según las previsiones, la presión de los gobiernos europeos contra los musulmanes obliga a estos últimos a migrar de forma forzosa. Mientras que, el velo está permitido para otras minorías, y solo los musulmanes afrontan restricciones al respecto.

Después de Francia, la prohibición del hiyab se extendió a otros países occidentales. Según un proyecto de ley propuesto por algunos parlamentarios belgas, las mujeres que usen burka en los establecimientos públicos serán declaradas violadoras de la ley y tendrán que pagar una multa o ir a la cárcel.

La diputada belga Christine Defraigne afirmó que dicho proyecto de ley está en el marco de la salud pública y el respeto a los valores de la sociedad. También señaló que debería haber una ley que persiga a cualquier persona que lleve ropa que no permita su reconocimiento o identificación en los establecimientos públicos.

Hasta hace poco, no se había prohibición del hiyab en Alemania, pero recientemente el Parlamento del estado de Baden-Württemberg aprobó una ley que prohíbe la vestimenta islámica a los maestros de las escuelas públicas de dicho estado, mientras que permite a los cristianos y judíos usar elementos de manifestaciones religiosas. Fue el primer parlamento regional alemán en aprobar una ley para prohibir el hiyab. Cabe señalar que el Tribunal Constitucional alemán, responsable de pronunciarse sobre la prohibición del hiyab en las escuelas del país, dejó la decisión al respecto en manos de los estados regionales.

El debate del hiyab en EE.UU. también siempre ha sido un tema polémico, y las mujeres con el hiyab han estado sometidas a problemas legales por su uso y también han enfrentado ataques verbales y violentos. Por ejemplo, hace poco una mujer con velo en California fue asesinada cuando salía de su casa. Su hermano atribuyó el asesinato a su hiyab. También el año pasado, los empleados y directores de una de las mayores empresas de telecomunicaciones de EE.UU. en la ciudad de Kansas, ridiculizaron e insultaron a la empleada Susan Bashir después de que se convirtiera al Islam, y le arrebataron brutalmente el pañuelo de su cabeza.

Según informes de la organización Human Rights Watch (HRW), los ataques físicos a mujeres musulmanas con hiyab en Francia también han tenido un ritmo ascendente. El primer ataque de este tipo ocurrió hace poco en una zona de descendientes argentinos, en el noroeste de París. Hombres no identificados golpearon fuertemente a varias mujeres musulmanas con velo, de las cuales una de 19 años abortó. En aquel mismo tiempo, un grupo de franceses y muchas organizaciones de derechos humanos y grupos antirracistas emitieron comunicados para condenar ese comportamiento violento y se solidarizaron con la joven afectada.

Llevar el hiyab tiene un enorme impacto negativo en el empleo de las mujeres musulmanas. Según una investigación realizada por la Universidad de Hawái, las féminas con velo son las principales víctimas de la discriminación en el mercado laboral estadounidense. Los empleadores buscan empleados que no tengan una apariencia religiosa e islámica. Otro estudio hecho en el Reino Unido confirmó que los musulmanes disfrutan de la menor posibilidad de empleo con respecto a las otras 14 minorías en ese país, y que particularmente las musulmanas son contratadas en un 65 % menos que las cristianas en las oficinas. El jefe del departamento de sociología de la Universidad de Bristol, refiriéndose a los resultados de este estudio, advirtió de que "de continuar esta tendencia en la sociedad británica, esto sería una gran amenaza para el país y conducirá a la inestabilidad social".

Estas discriminaciones y desigualdades se producen en los países occidentales en condiciones en que, en virtud del artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, cualquier ser humano tiene derecho a la libertad de pensamiento y religión. Este derecho incluye la expresión de opinión y fe, educación religiosa y la realización de ritos religiosos, de forma individual o colectivo, privado o público. Sin embargo, en la actualidad, el mundo está presenciando amplias violaciones a los derechos de las mujeres musulmanas en países que afirman defender los derechos humanos.

 

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