Comenzando el programa escuchando la aleya 37 de la sura El humo:

 

 

 

La historia proporciona al hombre las mejores lecciones. La próspera tierra de Yemen, ubicada en el sur de la Península Arábiga, fue la cuna de una gran civilización gobernada por reyes llamados Tubba (la forma plural es Tababi’a).

 

El término literalmente indica “aquellos cuyas órdenes son seguidas por personas” o “aquellos que se suceden para gobernar”. La gente disfrutaba de un estado muy poderoso que ejercía una gran influencia.

 

La aleya bendita, precedida por una mención de los politeístas de La Meca y su animadversión hacia el Profeta (saludos sean para él y sus descendientes) y su negación de la resurrección, hace una referencia al destino del pueblo pecador y criminal de Tubba advierte a los politeístas de La Meca contra el tormento divino que les espera en el Día de la Resurrección.

 

La aleya bendita pregunta:

 

“¿ustedes son más poderosos y fuertes o aquel pueblo que vivía en el territorio de Yemen en el sur de la Península Arábiga?”.

 

La gente de Hijaz estaba consciente en cierta medida del destino de la gente de Tubba, como consecuencia de lo cual no se proporcionan más detalles en las siguientes suras sobre ellos, pero simplemente es suficiente para advertir a los politeístas de La Meca contra el destino que les espera, similar a la de otros pueblos que habitan las regiones de Sham, Siria, Palestina, Jordania Oriental, El Líbano y las partes noroccidentales del Creciente Fértil] y Egipto.

 

De esta aleya aprendemos que:

 

1-    Uno de los instrumentos del Corán para orientar y asustar al pueblo es la descripción de la historia de los pueblos  anteriores para que los próximos, tomen lección de ellos.

 

2-    Algunas medidas conllevan el castigo divino en este mismo mundo. Propagar la opresión, la culpa y la corrupción en la sociedad son algunas de dichas medidas.

 

Ahora escuchamos las aleyas 38 y 39 de la sura El humo:

 

 

 

 

 

 

Estas dos aleyas bendecidas sirven como preludio de las siguientes aleyas  sobre la resurrección.

 

Es como si indicaran que si no hubiera Resurrección, la creación carecería de propósito, ya que el mundo de la existencia ha sido creado para el hombre y si el hombre deja de existir por la muerte, el mundo de la existencia también sería en vano.

 

Es por el mismo motivo que Dios Todopoderoso dice: “Nosotros no creamos los cielos y la tierra simplemente para jugar, sino que los creamos con verdad”.

 

Se están produciendo argumentos lógicos para probar la resurrección en el sentido de que cualquier persona sensible puede usar su intelección para percibir que Dios Todopoderoso no creó los cielos y la tierra y lo que hay entre ellos en vano, sino que fueron creados con verdad según la Sabiduría Divina y la Omnisciencia.

 

Las aleyas en cuestión y las siguientes indican que el propósito detrás de la creación de los cielos y la tierra es la creación del hombre y el propósito detrás de la creación del hombre es resucitarlo en el Día de la Resurrección, o de lo contrario la creación de los cielos y la tierra serían en vano.

 

De estas aleyas aprendemos que:

 

1-    Si la vida del ser humano finaliza con la muerte, el mundo creado para las personas, sería infundado y vano.

 

2-    Si el mundo tiene un objetivo y propósito claro, nosotros también tenemos que conocer correctamente el objetivo de la creación y concordarnos con ello.

 

3-    Uno de los motivos del rechazo del día de la Resurrección, es el no conocimiento del objetivo de la creación que la mayoría de la gente no tiene un buen conocimiento de ello.  

 

 

 

Ahora, escucharán las aleyas 40, 41 y 42 de la sura El humo:

 

 

 

 

 

إِلَّا مَنْ رَحِمَ اللَّهُ إِنَّهُ هُوَ الْعَزِيزُ الرَّحِيمُ

 

 

Dado que la creación disfruta de un verdadero propósito, la resurrección debería ocurrir. Dado que el Señor Omnisciente creó el mundo de la existencia según la verdad, no abandonará a su criatura favorita después de su muerte. Toda la humanidad se reunirá en el Día de la Resurrección, pero el hombre estará solo entonces. El Día de la Distinción, el momento señalado en el que toda la humanidad se reúne, es uno de los nombres de la Resurrección, ya que la verdad y la falsedad se distinguirán en ese Día y pagarán las malas acciones los malhechores. La gente de verdad y falsedad verá claramente sus hechos pasados y sus hechos serán recompensados. Según las dos últimas aleyas, ningún amigo puede satisfacer las demandas de su amigo, ya que nadie podrá ayudar a sus amigos a menos que se le conceda la Divina Misericordia y el Favor, ya que la Gloria, la Dignidad y el Socorro pertenecerán únicamente a la Esencia Divina. Es Todo Misericordioso con sus criaturas. Él castiga o perdona a quien quiere. No hace falta decir que Su castigo y perdón se basan en la Justicia y la Sabiduría Divinas y no se le hará ningún daño a nadie. Dado que Su Misericordia sobrepasa Su Ira, todos tenemos la esperanza de disfrutar Su Misericordia y los pecadores, no importa hasta qué punto hayan transgredido los límites, no deben dudar de Su Misericordia. Es en el Sagrado Corán que: “Ciertamente nadie desconfía de la misericordia de Dios, excepto las personas que no creen”.

 

Los justos que hacen el bien y son piadosos deben temer a Dios en todo momento y no ser arrogantes por sus obras, ya que es posible que nunca sepan si Dios las acepta. Los imanes infalibles informan que la esperanza y el miedo de los creyentes deberían ser como las dos partes de la balanza.

 

De estas aleyas aprendemos que:

 

1-    El día de la Resurrección es el día de la separación de las personas y todos los amigos, próximos y familias se separan en aquel gran día. Pues, no tenemos que esperar en la ayuda de nadie en la Resurrección.

 

2-    Es firme la presencia de las personas en el día de la Resurrección. En aquel día, todo el mundo se reunirá en un lugar; mientras tanto, cada persona estará sola y sin refugio.

 

3-    Las personas solamente acuden a Dios en el día de la Resurrección. Él se enfrenta con los opositores con su poder y grandeza y se comporta con los creyentes con su bendición y amabilidad.

 

Ahora escucharán aleyas 43, 44, 45, 46, 47, 48, 49 y 50 de la sura El humo:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La palabra zaqqum indica una especie de comida indeseable que se sirve en el infierno. Mohl se utiliza en el sentido de metal o cobre fundido o impuro. Las primeras aleyas se refieren al tormento de los pecadores, especialmente a los incrédulos.

 

Los desconfiados pueden estar destinados a ser incrédulos, ya que las aleyas  anteriores eran sobre los incrédulos y el tema general indica que quien cree en la unidad divina, la resurrección, la profecía del sello de los profetas (s) y el imamato de los imames infalibles, incluso si resulta ser un pecador, no será infligido con tal tormento.

 

Con base en lo anterior, algunos exegéticos sostienen que las aleyas en cuestión aluden al maldito Abu Yahl que fue al extremo con incredulidad, rencor y animosidad contra el Profeta. Se informa que una vez Abu Jahl estaba comiendo algunos dátiles mezclados con mantequilla y estaba diciendo burlonamente que era el Zaqqum contra el que Muhammad nos advirtió y lo comimos hasta saciarnos.

 

Rechazando su afirmación falsa, Dios Todopoderoso dijo que el fruto del árbol de Zaqqum era el alimento de los pecadores en lugar de lo que Abu Jahl concibió de él.

 

Cualquier metal fundido, por ejemplo: el oro, la plata y el cobre se llama muhl. Algunos también sostienen que se entiende por impurezas del aceite de tal manera que cuando el aceite se calienta, sus impurezas se depositan en forma de sedimentos o heces, que también se denominan durdiy al-zit (heces de aceite).

 

Los tormentos del Día de la Resurrección son tanto físicos como no físicos. Los primeros incluyen el uso de material hirviendo y los segundos incluyen escuchar humillaciones y burlas diciendo ¿quién era usted, quien falsamente afirmaba ser poderoso y generoso en su vida mundana?

 

La bendita aleya 47 pide a los ángeles que agarren al incrédulo y lo arrastren con fuerza en medio del infierno rodeado de fuego.

 

La siguiente dice: Luego vierta sobre su cabeza agua hirviendo de tal manera que Zaqqum los corte en pedazos por dentro y los queme con ella por fuera.

 

Con respecto a la tercera aleya, los exegest sostienen que Abu Yahl le diría al Mensajero de Dios (s): “¡Oh Muhammad! Disfruto del poder y me tienen en estima en La Meca, pero ni usted ni su Dios pueden hacerme daño”.

 

Como consecuencia de sus jactanciosos comentarios, será despreciado el Día de la Resurrección y se le dirán burlonamente: “Entonces prueba los tormentos, ya que eres poderoso y se te tiene en estima.

 

La aleya 50 dice que cuando los incrédulos prueben los tormentos, se les dirá que este es el tormento contra el cual advirtieron los profetas, pero tú los mantuviste en duda y los calumniaste.

 

De estas aleyas aprendemos que:

 

1-    El pecado en el día de la Resurrección aparece en forma de un fuego que abarca el interior y exterior de los pecadores y los quema. Pues, cuando estamos en este mundo, tenemos que abandonar el pecado y pedir perdón al Creador del universo para salvarnos del castigo de la gehena.

 

2-    El castigo de la Resurrección tanto es físico como espiritual. Los habitantes del infierno tanto se queman como se enfrentan con el insulto y humillación de los demás.

 

Estimados oyentes, finalizado el tiempo de nuestro programa de hoy, nos despedimos de todos ustedes hasta una nueva emisión y esperamos sus opiniones y propuestas al respecto.

 

 

P/MK/RH